Soplaba un viento frio en el calor intenso del sur de India, era Marzo de 2023. Supe de inmediato que mi invierno había llegado nuevamente. Fue el mismo tiempo en que crucé camino con Alaya y nuestras almas se reconocieron y amaron por siempre, desde siempre y hasta siempre. Dudé por un momento si sería una primavera temprana, pero la Naturaleza en toda su sabiduría me condujo a la introspección y al ritmo lento con espacio para la duda. A la lluvia en los ojos y en el corazón, al inevitable encuentro con el dolor para dejar de idealizarlo y poderlo incluir en mi río por lo que es: un maestro agridulce.

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En aquel mismo Marzo del ´23 tomé la decisión de que crearía un nuevo trabajo escénico, una pieza personal, un homenaje a mi constante orbitar sobre mi propia existencia. Quería que fuera un trabajo en solitario. Buscaba independencia y sin saberlo estaba caminando hacia un encuentro necesario con mi propio caos creativo y con mi forma original de contar historias.

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No ha sido fácil y definitivamente no hubiera sido posible sin ayuda. Empezando por Alaya Laurie Turcotte quien por dos años casi a diario, se tomó el tiempo de sostener un espacio de improvisación teatral. Pero no solo eso, sino de ser la humana que me ha hecho sentir lo más recibido y amado en mi diversa y compleja humanidad, que me he sentido jamás; permitiéndome aceptarme, amarme y mostrarme en esquinas de mi alma que nunca lo había hecho antes.

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Al no tener una sala de trabajo estable, nuestros encuentros sucedían a la vera del camino: desde las casas donde vivimos, a bosques, casas abandonadas, refugios de pastores de cabras en los Himalayas, pequeños templos de varias religiones, playas, montañas…peregrinando a pie, atravesando Japon en bicicleta, subiendo el volcán Agung en Bali, viviendo dentro de una van en el frío invierno de Hokkaido y más….mucho más. Aprendimos a conversar con los sitios. No solo escuchándolos, sino dejándome escuchar por ellos e incluso aceptando que mi presencia los modificaba para siempre, a veces embelleciéndolos, pero otras veces desequilibrándolos. Descubrí formas de comunicación sutiles y acepté que yo no iba a los sitios como un chamán o sanador a curarlos, sino que acepté humildemente que iba a presentarme ante ellos con los que tenía. Sea orden, caos, belleza, descuido o poesía. Y pude empezar a sentir la bondad y grandeza de la vida recibiéndome, teniéndome paciencia, permitiéndome ser un humano desafinado en búsqueda de conexión, sanación y belleza (aunque no siempre lograndolo).

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Luego de 2 años y sumado a mi trabajo de los años previos, contaba con un vasto vocabulario actoral y una segunda etapa del proceso junto con una gran interrogante llegó: ¿Como articular todo esto para contar una historia? ¿Y qué historia? Eso sucedió este marzo de 2025 donde con el corazón roto en mil pedazos intuitivamente viajé hasta la orilla del océano en Tailandia donde viví por 4 meses en una pequeña carpa, en una playa remota. Volví a la madre. A sentir su arrullo que me ponía a dormir bajo un manto de estrellas. Y ahí, en la falda de mamá, surgió el tema de la obra: papá…..Papá?: Fui tomado de sorpresa. Se sintió como un llamado lejano pero que sabía a verdad y misterio.

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Desde hace años mi investigación teatral se centra en poder explorarme en la mayor cantidad de direcciones posibles para poder tener una noción mas certera de quien/que soy. El trabajo de máscaras de Richard Pochinko, se juntó al entrenamiento energético del Lume Teatro y por último las máscaras Balinesas de la mano del maestro I.B.Oka llegaron a completar la búsqueda.

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Tomé el tema de la llegada de una nueva vida como aquel momento en que, todo de repente, la vida cambia para siempre y todas las máscaras que me habitan se despiertan y salen a la luz. Entre ellas: la ansiedad, la fuerza para seguir, el miedo, la ira, el placer, las ganas de huir, el místico, el miedo a ser excluido, la libertad, la incoherencia, el asombro, la rigidez y la inocencia.

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El título «Primavera otra vez» hace referencia a esa trayectoria orbital que recorremos para aprender quiénes somos. Ciclos. Repetición de situaciones hasta que aprendemos lo que necesitamos aprender y damos paso a una nueva sublimación de nuestra propia energía que ahora puede materializarse en diferentes formas y situaciones.